El Día que el Mundo se Puso en Pausa

El Día que el Mundo se Puso en Pausa

 

«El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.»

Buda

Por Martha Isabel Pasquel Losana*

 

Comenzaba el mes de Marzo de 2020 cuando un enemigo invisible, voraz y pequeño fue contagiando naciones y matando a muchas personas. Esto comenzó en China y rápidamente se esparció en Europa y llegó a los demás países del mundo.

Incrédulos en la Ciudad de México mirábamos y escuchábamos de la Pandemia y nuestra natural negación decía cosas como: “China está muy lejos”, “Eso no nos pasará a nosotros” o “Yo no he viajado recientemente”. Como si por esas razones fuéramos inmunes o súper héroes o heroínas.

Las primeras declaraciones oficiales no resultaban coherentes ni serias, por un lado el Secretario de Salud alertaba del peligro a nivel mundial y nuestro Mandatario seguía dando besos y abrazos a niños y adultos poniendo de escudo protector a la honestidad y la fe y hasta la fecha continúa activo y en actos públicos.

Quiero pensar que la intención oficial era evitar generar caos o pánico entre la población pero los mensajes resultaban incongruentes y confusos, lo que resultó en acciones tardías que afortunadamente la sociedad civil si comenzó a llevar a cabo. Hoy quiero decir que “No se puede tapar el sol con un dedo”, ni prohibir a los laboratorios hacer las pruebas correspondientes para esconder las verdaderas cifras de esta Pandemia.

Por otro lado, como decía mi abuela y disculpen pero viví entre dichos y refranes, “Si ves las barbas de tu vecino cortar echa las tuyas a remojar”. Y justo eso empezamos todos a hacer cuidarnos, lavarnos muchas veces las manos, vitaminarnos y guardarnos antes de ser declarada la famosa Cuarentena sin fecha de caducidad a nivel mundial.

Pero cuáles han sido los efectos a nivel emocional de pausar nuestras rutinas, trabajos, salidas y confinarnos en reducidos espacios con nuestras parejas y niños durante semanas.

La falta de liderazgo y contradictoria información oficial nos ha generado mucha inseguridad y angustia. Esa misma angustia la hemos llevado al hogar pelando hasta con la pared. Algunos tuvieron que hacer “Home Office” en medio de los chiquillos y la familia entera; otros no han podido renunciar a trabajar porque viven al día.

Al final la invasión de los espacios vitales también ha ocasionado que las parejas se peleen todo el tiempo y ya no se soporten; que los niños griten, se aburran y lloren y yo me pregunto en el confinamiento de nuestros hogares cuál es la sana distancia, cuando la mayoría vivimos en departamentos de 50 o 75 metros cuadrados en esta Ciudad.

Tenemos acceso a un número ilimitado de información buena y mala y eso no nos hace bien porque sólo alimenta nuestros miedos y baja nuestro sistema Inmunológico haciéndonos propensos un virus que no se ve pero contagia y mata.

Hoy el mundo está en pausa con más y mejores hábitos, pero lo más importante, nos obliga a mirar hacia nosotros y a ser más tolerantes y amorosos con nuestra familia y ver lo esencial, que es conservar la vida, a partir de la suma de voluntades. Y mientras miramos hacia dentro la tierra se recupera; baja la contaminación y todo es para un bien mayor.

A nivel de nuestro medio ambiente esta Pandemia nos trastoca desde lo individual hasta lo colectivo y por supuesto ya está teniendo serias repercusiones a nivel económico. Hoy lo que hagas o no hagas puede afectar a terceros. El compromiso es mundial y es hacer lo que se requiera para conservar la vida y México ha demostrado repetidamente a nivel histórico que su gente es su fuerza.

Tomemos esta pausa como una inmejorable oportunidad para revisar nuestros pensamientos, creencias, hogar, nuestras relaciones con los miembros de la familia y encontremos nuevas formas para tocar corazones y ser más creativos desde el amor, la compasión y la esperanza porque esto también pasará y nos hará más fuertes.

 

*Coach y Trainer of NLP

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